Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Sudáfrica /

PUEDE QUE ALGO DEBA CAMBIAR

PUEDE QUE ALGO DEBA CAMBIAR

Dejando atrás a lo lejos los viñedos de Western Cape, bien protegidos por maravillosas montañas.

Dejando ya bien atrás pueblos más o menos normales a nuestra manera de ver, me voy adentrando despacito a la sequedad del dramático y desolado paisaje de estas zonas semidesérticas, zonas que le dejan a uno a la merced de la naturaleza, el viento azota con todas sus fuerzas, el sol se deja desplomar sabiendo que uno no encontrará muchos árboles para refugiarse debajo de ellos.

Aún así gozo del pedaleo no lejos del conocido Olifants River, que sirve para repartir la tan preciada agua, o sea, vida en estos secos lares.

Al dejar Citrusdal, un pequeño pueblecito que me acogió con una maravillosa puesta de sol y la degradación humana de algunos pobres borrachos en busca de amistad, ellos son de color, no tienen trabajo, ni dinero, ni futuro y los fines de semana se refugian en los alcoholes locales, que algunos matan más rápido que el mismísimo sida.

La calor intensa no me da tregua alguna, aunque por muchos kilómetros maravillosamente, un enorme gusano de agua la bordea (un inmenso canal de irrigación que abastece a más de 900 granjas con más de 10.000 hectáreas y más de 260km.), este me ayuda a refrescar de vez en cuando, mi sudado, sucio y consumido cuerpo, de lo que no estoy muy seguro es como saldrán los frutos este año después de varios de mis baños, je je je.

Hacia el norte, la tónica continúa, el calor y el viento en contra vuelan juntos y aveces la dureza del camino me recuerda también que estoy en una región donde los Boers, aún conservan su patriótico orgullo, ellos hablan el cerrado Afrikaans, pero se aseguran de hablar en inglés y con mucha autoridad, cuando usan el mote Caffard (cucaracha), refiriéndose a los negros o mulatos… difícil de creer!

GAMBADA

soñando

En Clanwilliam, pueblo que todavía se pueden encontrar hoy en el siglo XXI, lugares donde no se les permite la entrada, joder, creo que la calor también les ha afectado al cerebro, hace tanta a veces, que la calle principal de este pueblo, esta hecha en cemento porque se dieron cuenta que el asfalto derretía constantemente.

Me alejo adentrándome al semidesértico paisaje de Namakwaland, conocido mundialmente por su gran paleta de colores, gracias a sus flores salvajes, solo he podido ver fotos, pero puedo asegurar que es una maravilla natural, Namakwaland, también es un paraíso minero, y como no de diamantes, con todo lo que estas piedras preciosas conlleva, me han contado maravillosas leyendas sobre robos de diamantes, con ellas llegué a Springbok, al pié de las lindas montañas Cooper con sus inmensos bloques de granito verde, y también su aburrimiento.

En todos estos días he visto y llegado a comprender que, los esclavos sin sus amos son libres, pero que los amos sin los esclavos no son nada.

La vida aquí pasa lentamente, es como aquel caballo de madera que se balancea adelante y atrás, pero que siempre esta en el mismo lugar, y que solo ofrece la confortable ilusión del movimiento.

Dejare atrás este desierto en vida, intentando ganarle horas al sol, persiguiendo mi sombra que paradójicamente siempre viaja delante de mi, y recordando maravillosos amaneceres y espectaculares atardeceres, saboreo la libertad, pero aún así a veces en mi soledad me siento como el fuego moribundo que escenifica mi estado de ánimo.

Namibia me abrirá sus puertas al cruzar el maravilloso Orange River, atrás dejare un difícil país, al que le que da mucho para aprender, mucho por aceptar y que a veces el respeto, va o viene dependiendo del color de la piel.

Dejo atrás muchos nombres de gentes que a veces me han hecho sentir mucho más humano, recordando a mi queridísima Jess y a muchos otros me siento como la madera que su verdadero secreto no es que puede arder, si no que puede flotar!.

Namibia me abrirá sus puertas con sus gentes sus desiertos, y yo intentaré abrirle mi corazón.

Puede que algo deba de cambiar.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.

CUANDO HABLES, PROCURA QUE TUS PALABRAS SEAN MEJORES QUE EL SILENCIO.

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