PERSIGUIENDO SUEÑOS

Como siempre, sigo persiguiendo sueños. Aunque por estas fechas, como cada año dedico mis sentimientos a todos aquellos que perdí y que nunca más volveré a encontrar.

Mi corazón aún os espera en ese lugar donde pusisteis un fin, y desde entonces, de tanto buscaros intento olvidar, aún así puedo siempre sonreír cuando me acuerdo, y por mucho que quisiera, me es imposible olvidar.

Sé que algún día, o porque no cualquier noche, apareceréis en mis mejores recuerdos, como cada año por estas fechas. Pondré mi mirada de nuevo sobre un papel, y así se alzará el telón de mi amor inocente, aletargado dentro de mí, y donde vosotros como siempre seréis la fuerza que necesito para seguir persiguiendo los sueños.

PERSIGUIENDO SUEÑOS

A ti Valentí,

(Mi padre), tú fuiste el destello que ilumino mi camino en esta vida mía, una vida de abrir y cerrar puertas sin cesar, penetraste en mi corazón cuando me abrazabas antes de morir para decirme bellas palabras, esas mismas palabras que inundan mis pensamientos y me hacen soñar, y aunque a veces quiero llorar es verdad… tú siempre me demostraste que siempre habrá mil razones para sonreír.

“Te quiero” por ser tu hijo, lo hago porque me enseñaste a “volar” mientras tú no podías, supiste darme la mano que siempre lleva hacia adelante, gracias por hacerme comprender, que pase lo que pase, siempre debo de vivir el día, y dejar de preocuparme por resolver mi vida en un día. Te quiero…

A ti Kenny,

Ese ser de mirada perdida, corazón libre y fuerte como el mismísimo viento. Contigo aprendí a contar las estrellas en las noches más oscuras, contigo descubrí, la libertad con todas sus letras. Encontrarte y compartir tanto tiempo contigo siempre fue un gran privilegio, una suerte inesperada, contigo conseguí vivir en la transparencia de tus sabias palabras, contigo la monotonía desapareció de mi diccionario diario, te atreviste a compartir mis sueños, aunque no los compartieras, jugamos muchas veces a imaginar futuros compartidos y aventuras que nunca llegaron a existir.

Conseguiste a menudo que yo me descubriera en tu mirada, con sonrisas, complicidad, lealtad y siempre sin pedir nada a cambio.

Pero un día te fuiste, y solo me dejaste tu silencio, hoy para mí seguiría siendo un insulto si no escupiera lo que siento. A menudo sigues siendo ese antídoto reparador que me hace más humano y que ha dejado esta huella que me ha marcado para siempre. Gracias querido Kenny por enseñarme a contar estrellas. Te extraño…

A ti Halima…

Te fuiste sin avisar, repentinamente en silencio, lo hiciste eso sí con la mejor de tus sonrisas, me dejaste tu gran pasión por la vida.

Tu sonrisa fue a menudo el aliento que necesitaba para respirar, tu simplicidad rozaba las partes más profundas de cualquier emoción.

Te fuiste sin avisar, y al final tuve que inventar tu presencia, a los sueños les puse nombre y de mis suspiros salían caricias a la vida.

A menudo cierro los ojos solo para recordarte, y debo decir que aún soy capaz de dibujar tu fuerza y amor por la vida con dibujos en el aire, si tu presencia no fuera posible, le contaría mis sueños al viento, y seguro que podría ponerle sonido al silencio.

Siempre supiste escupir tu gran nobleza envuelta de sentimientos. Y es por eso que tan a menudo por estas fechas, mis pasos marcan tu ausencia en el camino, en mis lagrimas, en mis risas, en mis olvidos, tu presencia fluye por mis venas, y sabiendo que soy libre se que eres feliz allá donde estés.

Gracias por dejarme compartir un poquito de tu vida, por hacerme aprender, reír, sufrir, crecer… gracias por regalarme alas, gracias por descubrir mi niño interior y ayudarme a ser mejor persona, gracias por los sueños robados y dejarme ser testigo de tu difícil vida, te aseguro que continuaré mirando por esa ventana que refleja tu sonrisa en el cielo, y sé que así podre agradecerte siempre tu presencia este donde este. Sigue soñando, bella sonrisa.

Y como no, a todos vosotras niñas y niños, para los que puse toda mi energía, todos mis sueños, toda mi pasión, voluntad y esperanza creyendo que podríais tener una pequeña ilusión, en este injusto mundo en el que vivíais, pero la vida os traicionó de nuevo, sin pediros permiso se os llevó para siempre, y yo en mi soledad me quede sin poderos decir os quiero, sin poder agradeceros vuestro amor hacia mi aún cuando vivíais momentos imposibles de vivir.

Fue tan hermoso oír de vuestros labios heridos, gritar mi nombre, y aunque ya no estéis aquí os puedo ver, y aunque mi corazón esté a veces en pedazos, puedo sentir el palpitar sereno de vuestra presencia, gracias por darme siempre una gran lección de vida, gracias por pintar mi universo con los vivos colores de la primavera. Seguid luchando por un mundo mejor, sin vuestro ejemplo no podríamos avanzar.

VUESTRA LUZ

Y si, aquí estoy, en el corazón de los Alpes viendo la vida pasar, sé que no me aferraré al pasado, ni a los tristes recuerdos, jamás abriré esas heridas que ya cicatrizaron o deberían haberlo hecho, seguiré luchando para construir como siento esta vida que nunca me ha pertenecido.

Si, hacía tiempo que no escribía por aquí, pero sabed que sigo por esta senda que persigue como siempre sueños, y aunque a veces parece que dentro mí todo llegue a su fin, me doy cuenta que mis alforjas de cada día están repletas de bellos recuerdos, de añoranzas de esas cosas que te dan un poco de fuerza para seguir llenándolas de alegrías y esperanzas.

Es cierto que tuve que encontrar el valor de tomar la decisión de pararme por un tiempo, o simplemente seguir haciendo lo que mis sentimientos me dictaran, y aquí estoy con mi propia convicción de seguir abriendo puertas a la verdad, esas que no es nada más que todo aquello que siento en cada instante, y si no puedo cruzar esas puertas en esta vida, las cruzaré en otra, inventaré esperanzas y mas ilusiones, porque estoy convencido de que algo maravilloso está por llegar.

Y aquí estoy, hablándote a ti mi vida, mientras recuerdo lo que te escribí hace muy poco.

Quise regalarte mis manos para cuando necesitaras levantarte.
Te daría mis ojos si desearas ver las cosas desde otro punto de vista.
Te daría mis labios si la ternura te abandonara.
Mi corazón, para que nunca te faltara amor.
Toda mi esperanza mientras me pierdo en ella.

Si te vas, tendrás que volver porque te llevas lo mejor de mí.

Seguiré aquí, soñando con el camino que me está destinado, saborearé el viento que empujará las sombras de todo lo que sea injusto.

Y aunque las puertas se cierren, o siempre viaje por mundos distantes, seguiré creyendo en la verdad de todo aquello que siento, y si lo hago estoy seguro que tendré como testigos a la noche, al sol, al viento…

Seguiré buscando en ti mi vida esos sueños locos, lo haré siempre, por si una sonrisa se escapara y apague toda esta soledad, llegare a estos lugares mágicos donde siempre reside la verdad.

Ahora, mi salud me está retando fuerte, me reta a jugar a este juego donde no existen los ganadores, solo hay lugar para los perdedores, pero lucharé, no te dejare ir fácilmente porqué estoy seguro que “Los imposibles no existen”

Pensamientos, deseos, sueños… qué más da lo que sea, la realidad de hoy y de ahora es lo único que cuenta para mí, seguiré sonriendo a la existencia, creyendo en mis sentimientos que son esos nuevos caminos, lo haré con todas mis fuerzas aunque estos no me sonrían.

Si, aunque viajemos en la distancia por todo el mundo para encontrar aquello que no sabemos que buscamos, viajaré porqué la verdad la llevamos dentro con nuestros sentimientos, no te dejaré ir vida, esperaré luchando y cuando tenga que cruzar este puente lo volveré a hacer con la mirada sincera y mi corazón en la mano para dártelo siempre que lo necesites.

SEGUIR UN SOLO CAMINO ES RETROCEDER.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO