MIERDA CON BOMBOS Y PLATILLOS
Cuando llegué a esta bella ciudad de Mendoza, sabía que necesitaba buscar otros aires, no sabía cuales, pero esos que me alejaran de todo este tiempo viviendo sombras de dudas que se levantaban sobre mí, las promesas volaban con el feroz y caliente viento “Zonda”, esas mentiras del cada día que hoy ya no me engañan más, pero que para otros parece ser que les ayuda a vivir.
Aún así mi testarudez sigue firme, y por suerte mi pasión aún nadie me la puede robar.
Mis días de espera los compartiría entre bellas veladas con aquellos que aquí siguen queriéndome, y en mi soledad salía a la calle acompañado de esos enormes arboles con sus hojas pasando del dorado al verde, y allá arriba muy por encima un azul intenso representando al cielo…
Mientras organicé con la ayuda de algunos, varias charlas que me empezaban a hacer sentir ese cosquilleo tan conocido por mí, de nuevo la oportunidad de volver a ayudar!
Os explicaría todo mi sentir pero… después de las dos primeras también un poco de decepción, pero a la vez un extraño sentimiento hacia esos de los que todavía espero respuestas, en fin.
Como algunos ya sabéis mis relatos impresos en un papel primero y después puestas en este medio, son el reflejo de lo que siempre dicta mi corazón, estos suelen ser secos y directos, algunos no son muy del agrado de esos que creen tener el derecho a decidir sobre tus palabras, para otros son todo placer, pero así soy yo, y nunca pienso cambiar.
Mis palabras, no llevan, ni nunca llevaran lazos rojos, no están envueltas en papel de seda para ser más bonitas, pero sí que están escupidas desde lo más profundo de mí, no buscan formas o valores establecidos, esos modales que para algunos son tan necesarios y que para mí son tan ridículos, pero que más da todo esto, si todos somos distintos?
La verdad! Es un placer para mí tener una vida tan diferente.
Antes, tenía dudas, y ahora sé que sigo sin saber nada. Ya me lo decía el otro día desde México mi querida Frany “Déjate llevar Nando” llevar hacia donde?
Yo sigo pensando que se habla demasiado de la vida como si lo supiéramos todo, no quiero seguir esta corriente. Enciendo la luz y salto fuera del sueño.
Aún así, se que en la cuerda de la vida los verdaderos lazos nunca se desatan, y poco a poco van formando caminos que me abrirán otras puertas, otras miradas, otros besos, otras esperanzas… hasta puede que incluso, esta felicidad que viaja de incógnito.
Y así fue que casi con “bombos y platillos” pude dar otras cuatro charlas, que por esta vez cerrarían un circulo, que me haría llegar hasta esos niños/as a los que me encantaría no verlos en esta situación, pero que increíblemente todavía seguimos aceptando estas injusticias que gobiernan al mundo y que hacen que los malos, los que sufren, los pobres y que el dolor casi siempre lo paguen los mismos. La verdad, es que quiero olvidar esta batalla perdida y dirigirme a lo más profundo de mis pasiones.
Esta vez, toda esta maravilla no habría sido posible sin Graciela y su marido Víctor, por ser parte de esta donación y serlo desde lo más profundo de su corazón, gracias también a esas dos gentiles francesitas de sonrisa permanente, las hermanas Perez,que luchan por un mundo distinto, gracias a Pablo Suarez y a Fernando Segal, ellos desearían estar en el anonimato pero para mí es imposible no nombrarlos después de haber hecho lo que hacen, y sobre todo gracias a, Patricia Stella Delgado por hacerme de pulmón cuando más aire he necesitado, no puedo, ni debo olvidar a todos los presentes en mis charlas del Polideportivo Nicolino Loche de Guaymallén, y a todos los chicos/as de la maravillosa escuelita Paulo Freire del Sauce, a todos gracias por ayudarme a sentirme mejor persona…
Y llegó el momento de la “ Mierda con bombos y platillos” llegó ese momento que no tendría que existir, pero que paradójicamente es capaz de hacerme feliz, otra de esas razones que me hacen tan difícil llegar a entender a los humanos. Una vez no hace mucho leí:
BARRO TAL VEZ…
Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro, he de gritarle a los vientos hasta reventar, aunque solo quede tiempo en mi lugar
Si quiero me toco el alma, pues mi carne ya no es nada, he de fusionar mi resto con el despertar, aunque se pudra mi boca por el callar.
Ya lo estoy queriendo, ya me estoy volviendo canción, barro tal vez…
Y es que está en mi corteza, donde el hacha golpeará, donde el rio secará para callar. Ya me apuran los momentos, y mi sien es un lamento, mi cerebro escupe ya el final del historial, del comienzo que tal vez reemprenderá.
Ya lo estoy queriendo, ya me estoy volviendo canción, barro tal vez…
Una linda y soleada mañana fue el preludio de una obra que dibujara de nuevo emociones en mi corazón roto. Patricia y Pablo me acompañaron hasta Corralitos en Puente de Hierro, la camioneta en que viajamos llevaba cientos de kilos de comida y algunos de ropa para el Jardín comedor “Mi otra Casita” y el micro Hospital Puente de Hierro del mismo lugar.
No sé qué pensarían ellos, pero en mi cabecita pasaba de todo, más de 3000 días en la carretera con una bicicleta, más de 32.000 niños/as ayudados y aún siento injustamente pasión, aún siento rabia de no poder hacer mucho más, aún siento frustración al tener que tratar con todos esos/as que nunca se sienten culpables del infeliz final de los otros, todo esto y mucho más viajaba sin destino dentro de mi cabeza. Que “Quilombo” como dirían aquí.
Pero detrás de una valla metálica, allí estaban ellos, 150 niños/as tan necesitados que ya ni siquiera esperan, niños/as que sobreviven en silencio sus injustas vidas, eso sí, lo hacen con la mejor de sus sonrisas.
Solo cruzar esa rota puerta del Jardín comedor, mis espacios se llenaron de nuevas luces, de silencios… pero me dije de nuevo, ¿porqué tengo que dejar de soñar si estoy despierto?
Y fue así que con todo el respeto que esos pequeños se merecen, intenté ahogarme en su pasión, mezclarme con su olor, escuchar sus voces y sentir sus caricias. Sí, son solo niños, pero aún son capaces de demostrar la injusticia en sus brillantes y tímidas miradas.
Como siempre me abrieron su corazón, como siempre fueron capaces de esconder su dolor en estos felices momentos, sabían exactamente lo que representa para ellos toda esta comida, lo sabían hasta tal punto que fueron capaces de abrazar a la cocinera cuando rompía en llantos de emoción, y yo? Como siempre, aprendí otra gran lección, gracias de verdad por enseñarme de nuevo a creer en algo más que en el egoísmo, gracias por dejarme ayudaros , cuando en realidad me encantaría no tener que hacerlo, quisiera ser de nuevo tan niño como vosotros para poder entenderos aún mejor.
Sinceramente no se cual es el camino, no sé si lo que vengo haciendo marcará alguna diferencia algún día, pero sí que sé que lo continuaré haciendo tanto como pueda.
En silencio como siempre, me llevaré el inocente brillo de vuestras miradas, esas que ya forman parte de mi vida, y al marcharme gritaré a los cuatro vientos que es injusto que aún pasen todas estas cosas.
Sé, que mi vida gustará o no, es verdad que nunca me callo lo que siento, también es verdad que formo parte de este universo que parece hundirse en sus propias injusticias y que todos seguimos haciendo tan poco.
Solo son 150 niños/as algunos dirán, los mismos que no tienen la suerte de haber nacido con la misma luz, pero que son mucho más capaces de entender, dejadme que rescate una frase que ellos mismos escribieron “DEJADME VOLAR A MI MANERA”
Os merecéis todo mi respeto por acercaros a mí con la mejor de vuestras sonrisas y tatuarme vuestras ganas de vivir en mi corazón.
Hoy no hablaré de carreteras o km, pero tampoco hablaré de “boludeces ni boludos” esos mismos que siempre se esconden detrás del bla bla bla.
Hoy aunque sea triste, me habéis regalado la mejor canción al ritmo de “bombos y platillos”.
Ya solo me quedará seguir recorriendo los senderos de mi vida, esperando poder teneros como acompañante, porqué si no, solo lo haré con mi sombra que es el reflejo de lo que oculta mi cuerpo. Nunca dejaré que la tristeza me invada, no lo haré, porque hoy me enamoré de vuestras sonrisas, ellas son para mí un respiro de amor, luego en silencio seguro me daré cuenta que existe la realidad, cada día crezco un poquito y que muero un poco más.
Dadle por favor alas a vuestros deseos, el viento estoy seguro os llevará hacia esos lugares sin rumbo fijo, y porque no, allí, con un poco de suerte estaréis condenados a ser libres.
Hoy supisteis transformar lo sublime en sencillez, hoy supisteis hacerme feliz convirtiendo la nostalgia en una alegre niñez, con “Bombos y Platillos” Gracias, gracias, gracias.
VOY A LLORAR SIN PRISA, VOY A LLORAR HASTA OLVIDAR EL LLANTO Y LOGRAR LA SONRISA.
SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO