LA PATERA
LA PATERA.
La salida de Soyo fue a lomos de una vieja «patera», envuelto entre el polvo de sacos de cemento, y mis huesos junto con mis dientes tiritando al ritmo africano, no muy lejos de allí en el horizonte, podía ver la chimeneas que escupen fuego y que chupan la entrañas de la tierra para sacar el preciado oro negro, todo esto era lo que me esperaba para llegar a Cabinda.
Durante aquella larga noche escondido en aquella patera me di tristemente cuenta de lo mal que lo deben pasar aquellos que intentar cruzar el estrecho hacia un futuro mejor, pero lleno de falsas realidades.
Ya al amanecer, cuando la noche se resiste a desaparecer y aun tiritando de frio , Cabinda me abria sus puertas cerca de un desolado puerto ilegal, Cabinda me mostraba sus ganas de ser un estado aparte, en el oeste se lucha enérgicamente hacia una imposible independencia, mientras que en la capital, se esconde el dolor con lindos edificios, limpias calles y terribles palmeras de plástico de todos los colores, pero para mi todo esto me parecía poco, porque mi cabeza ya estaba en otro país,y la sensación de lo pasado en Angola se convertía en recuerdos.
Tuve recuerdos hacia el niño muerto atropellado, hacia todos los angoleños que me hicieron sentir uno más en su país, sonrisas para todos aquellos que me apoyan en este proyecto, a la vez una gran pena de saber al dejarlos, pero Gambada es así, siempre mira hacia adelante.
Y entre todos estos sentimientos, que endulzan mi mente y me llevan lejos de todo lo real, un fuerte y sonoro golpe sobre una podrida mesa me devuelve a la tierra, detrás de ese montón de leña un tampón entre las manos de una congolesa vestida de polícia y unos enormes labios rojos y mirada alegre me escupía, bienvenido al Congo hijo mio.
Solo cruzar esta linea imaginaria, el olor a mandico secándose al sol, me transporta hacia otros momentos ya vividos, pero con la incerteza de lo desconocido, las ruedas de Halima acarician esas tierras del Congo lo mejor que pueden, nada fácil a causa de los desastrosos caminos.
Gritos de mundele mundele (como aquí nos llaman a los blancos ), los niños, muchos niños, demasiados niños como siempre corren a mi lado compartiendo su felicidad con sus enormes dientes blancos y grandes sonrisas, aunque a veces su alegría estaba demasiado cerca hasta el punto de casi hacerme besar el suelo, malditos granujillas!!!!
Congo, donde la vida se vive en las calles sucias , donde el ritmo es africano y la música bombardea todas las partes, las niñas trenzan sus espesos cabellos entre risas y suenos, y el color de sus ropas llenas muchas veces el vacío que mi solitud a veces debe soportar.

Cemento, cruceros
En esta parte de este Congo que parece parado en el tiempo, se vive del petroleo y de la madera, que paradójicamente pertenece a empresas extranjeras, todo esto pasa en el Mayombe (la selva), donde la humedad es enorme, los colores verdes son casi irreales, y los caminos son difíciles, terribles y solitarios, aunque al llegar la noche, compartiendo un suculento plato de saca saca con salsa de cacahuetes,con las humildes familias que me alojan, que comparten sus vidas conmigo, sus leyendas y en definitiva todo lo que para mi representa la maravilla de esta vida.
Aunque también hay malestar en las palabras de aquellos que no acaban de entender que en este país, 50 anos después de la independencia, todavía no exista el asfalto en la desastrosa carretera nacional mas importante del país, o que el maravilloso tren de antaño hoy es un sufrimiento, recorrer 180km necesita mas de 24horas, en una caja sin sillas, sin techo y con enormes ratas que roen todo lo que pueden , como compañeros de viaje.
Desde mi humilde opinión, esto es una vergüenza y delante de mi impotencia yo me quedo con el olor y sabor de la mandioca, con esas veladas alrededor de bellas personas y sobre todo con las ganas de poder ayudar en este país.
Congo un país que avanza tristemente, pero donde el calor humano que me ofrece sin mirar el color de mi piel, es digno de admirar, Gracias Congo, aunque tu musica rompe mis oidos y no me deja dormir,y así con esta resaca vuelve el pobre a su pobreza.
Escondido entre el polvo de sacos de cemento, una Patera…
SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.
SINO SUEÑAS NUNCA ENCONTRARAS LO QUE HAY MAS ALLÁ DE TUS SUEÑOS.