Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Sudáfrica /

JAMES HOUSE

JAMES HOUSE

Un día cualquiera, en el año 1986, un niño abandonado se dirigía en busca de ayuda hacia unos contenedores metálicos, dedicados a este propósito, esto pasaba en Hout Bay, un rico suburbio de Ciudad del Cabo, años después Hout Bay, asentaba un nuevo barrio pobre, lo que aquí se llama Town ship, con el nombre de Imizamo Yethu o también conocido como Mandela Park.

No era muy grande, unas 400 familias pobres se desplazaban allí en busca de un nuevo futuro, aunque tiempo después la palabra ayuda necesitada, corrió como la pólvora, y cada vez más niños acudían en busca de una referencia, en muy poco tiempo, Imizao Yethu, se convirtió en lo que es hoy, un amalgama de precarias barracas pintadas con preciosos colores y más de 20.000 personas metidas allí.

Sus calles se reducen a simples callejones, la anarquía de la suciedad, se amontona como las mismas barracas, y a la vez que decir de las enfermedades y violencia. Todo esto pasa no lejos de un supuesto paraíso al lado del bellísimo mar y muy cerca, demasiado de lo que la real pobreza lleva consigo, en el barrio de Yethu más de 600 niños, como aquel que en el año 86 acudía a pedir ayuda, también la piden, ellos están enfermos o abandonados, todo esto parecerá natural hablando de pobreza en África, pero gracias a aquel niño que se llama James, y que hoy es un fornido bombero de Hout Bay, y que su vida se podría decir que mira hacia el futuro.

Gracias a aquel niño desesperado se fundó el nombre de un gran proyecto, el nombre es James House. Un proyecto que se ocupa que esos más de 600 niños de este barrio tengan atención de todos los tipos.

Y digo todo esto porque hoy me siento extremadamente feliz y orgulloso de la buena voluntad de las gentes, y sobre todo en este caso, de los niños de la escuela de Catalunya, ARTUR MARTORELL, que decidieron escoger Gambada para hacer una aportación, pidiéndome a cambio solo unas palabras. También agradecer a Jordi i Mercè, al igual que Diego que decidió no comprar lotería, apostando por Gambada, y también a la familia Evans de aquí en Hout Bay, que me acoge y me ayuda sin pedir nada a cambio.

Ellos hacen que Gambada pueda aportar nuevos y frescos aires en forma de esperanza, y que me hacen sentir tan agradecido al tener la suerte de poder compartir mi tiempo, dentro y fuera de esas precarias chabolas, escuchando los problemas de sus familias, y sobre todo tocando la realidad con mis manos.

gambada

Leila tiene sed

Y aunque desde lejos, parezca triste y oscuro, mis días y mis horas pasadas con ellos también me brindaron cientos de maravillosas miradas y lindos abrazos, que simplemente no tienen traduccción en palabras escritas, y que nunca podrán exprimir o definir mi gratitud hacia todos esas familias que abrieron de par en par las puertas de sus barracas para compartir sus intimidades.

¿Cómo expresar este cúmulo de sentimientos?. Pues bien es muy fácil, solo estando aquí, atravesando los frágiles muros de lata que esconden otras realidades que a veces nos olvidamos de ellas, y a la vez compartiendo sus alegrías y porque no tocando las cicatrices que dejan muchas injusticias, todo esto sin dejar de ser uno mismo, sin repudiar el dolor, o simplemente sin huir de la suciedad o de los fuertes olores. También estando aquí toda la mañana preparando comida y bocadillos para que esos niños con sus maravillosos blancos dientes puedan comer al salir de la escuela, simples actos llenos de muchos esfuerzos son la recompensa de cientos de alegres miradas.

A los pies de Constancia Neck, donde se halla este barrio, no hace mucho muchas barracas se quemaban, dentro de ellas algunos niños perdían para siempre la posibilidad de poder ser ayudados, niños que nunca volverán a ver los preciosos colores con que las nuevas barracas adornan el lugar como si nada hubiera ocurrido, simplemente que la vida continúa.

James House, es un enorme proyecto, llevado maravillosamente por su director, curiosamente llamado señor Cristo, que mejor nombre para todos aquellos que creen en Dios, y para los que no, aquí están unas maravillosas mujeres llenas de energía, que gastan sus días luchando para esos renacuajos y así creer como un día en el año 1986 un tal James lo hizo….

Hoy Gambada sonríe de nuevo, y agradezco a todos por dejarme ser la expresión de todos los sentimientos, de aquellos que quieren ayudar, y solo me gustaría poder expresarme hasta el punto que todos pudierais también gozar de la dulzura de una pequeña caricia como las muchas que recibí en el barrio, Imizamo Yethu o Mandela Park.

En este barrio volví a sentir las cosquillas que anuncian la felicidad, las personas se encuentran, y la buena voluntad no necesita ser llamada a gritos.

James House, una casa para ser amada.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.

P.D. Permitidme también agradecer a mis queridos, SARA y JOAN MARC, por la brillante idea de hacer calendarios del proyecto Gambada, y deciros que si alguien esta interesado en comprar alguno podéis contactar a este numero, Joan Marc: +34 661770233.

HE LLEGADO POR FIN A LO QUE QUERÍA SER DE MAYOR, UN NIÑO.

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