Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Chile /

ESTA VEZ NO PUDO SER

Hace ya más de veinte años que me encontré en un bello pueblecito del norte de este maravilloso país que es Chile. Tenía una bella iglesia blanca, sus habitantes indígenas, gente de sonrisa fácil y una enorme gratitud, en aquel tiempo, no había luz eléctrica, no había hostales, no había agencias de viajes y la naturaleza parecía mucho más virgen y auténtica.

La amable señora Josefina me ofreció un rincón en su casa, su marido cazó un cóndor, y por primera vez en mi vida pude tocar uno, el padre Pepe, cortaba el cabello a todo el pueblo todos los viernes antes de la semanal misa… en fin, un pequeño paraíso, si es que los paraísos existen de verdad, estoy hablando de San Pedro de Atacama, donde hoy me encuentro de nuevo, y donde el turismo lo ha destrozado todo hasta lo irreversible.

La señora Josefina, el padre Pepe y todos los otros ya no están, se tuvieron que marchar, y los han cambiado por esa clase de turistas de los que no quiero ni hablar, solo ha quedado ese maravilloso cielo, lleno de estrellas único en el mundo, nadie lo ha podido robar.

Volviendo hacia atrás en el tiempo, diré que salí de la caótica ciudad de La Paz, en dirección al norte de Chile, pasando por los pies del majestuoso Sajama y decidido hacía la laguna Chungara con sus bellísimos y casi perfectos volcanes Parinacota y Pomerape, bellísimos recuerdos de cuando yo aún era capaz de enfrentarme a esos gigantes.

GAMBADA

ESOS GIGANTES / THESE GIANTS

Hoy mientras escribo esto, cómodamente sentado en una silla, y con un café acompañándome, me cuesta mucho creer en todo lo que he pasado estas últimas semanas, ese espacio de tiempo en que la vida me ha “bombardeado” con situaciones y sentimientos que no esperaba vivir, esos mismos que me han ratificado que no somos más que algo muy diminuto en este mundo.

Mi recorrido desde la laguna Chungara, representaba bajar hacia el sur por la cordillera dirección al Salar de Surire, para volver a entrar en Bolivia por el Salar de Coipasa y el famoso Salar de Uyuni, acabando este país atravesando la inhóspita tierra Boliviana que es el Sur de Lipez. Este lugar hoy empieza a estar de moda entre cientos de tours organizados en potentes 4×4, y en condiciones normales es una dura prueba de resistencia, paciencia y suerte para aquellos “idiotas” que viajamos en bicicleta.

Como todos creo que sabréis, aquí es invierno, y las temperaturas en esta época del año pueden alcanzar los -20 grados, aunque normalmente esto está acompañado por maravillosos cielos despejados, azules y con un gran sol que nunca calienta lo suficiente.

Todos estos datos, están escritos sobre el papel y los deseos de los que pasamos por allí, como también la dificultad de encontrar agua, y unos terrenos que a los ciclistas nos reducen a empujar, empujar y empujar.

En pocas palabras, diré que después de atravesar el frío y húmedo salar de Coipasa, me crucé con Candice y su compañero Erec, ellos también viajan en bicicleta desde su Florida natal desde hace unos meses, después de intercambiar palabras, vivencias y sobre todo compañía, en contra de sus previos planes decidieron acompañarme hacia el sur Lipez, previamente nos separamos para cruzar, el inmenso y famosísimo mar de sal que es el Salar de Uyuni, tanto frio, tanto blanco, tanta inmensidad, que durante los dos días que tardas en atravesarlo en bicicleta, las islas de referencia parecen moverse cada vez que desvías la vista de ellas, primer aviso, no perderse aquí! Sobre todo en el lado oeste del salar, a no ser que quieras convertirte en un montoncito de fría sal.

GAMBADA

FRIA SAL / COLD SALT

Nos reencontramos de nuevo para emprender juntos el camino hacia el sur Lipez, dato que a día de hoy les agradezco.

Creo que a partir de aquí empieza esta crónica. Avanzamos con dureza y mucha lentitud en esos difíciles caminos llenos de arena y piedras, eran recuerdos de muchos caminos africanos, y por el momento la gestión de este conjunto de seis ruedas funcionaba bastante bien.

Los  paisajes son tan espectaculares como desérticos, rodeados de volcanes llenos de vida, este terreno nos hacía ir más lentos de lo esperado, pero las reservas de comida, agua y gas, según nuestros erróneos cálculos aún eran suficientes, nuestro destino final, San Pedro de Atacama otra vez en Chile.

Pero!, siempre hay un pero en la vida no? Y este pero cambio mucho en nuestras vidas, tanto que estoy seguro que nunca más olvidaremos esta última semana.

Pasada la Laguna Hedionda, donde hoy los bellos flamencos rosas hacen sus últimas paradas buscando un mejor clima, una nube gris viajaba rápidamente hacia nosotros desde el norte anunciando amenaza de cambios, en un abrir y cerrar de ojos sentí que algo iba mal, un fuertísimo viento se levantó hasta impedirnos abrir los ojos para poder ver más allá, y casi como plomo caído del cielo, el mundo, nuestro mundo se volvía oscuro, la nieve empujada por el viento aparecía convirtiéndose en afiladas agujas que atacan sin piedad cada parte expuesta al aire de tu piel.

Ya sabíamos que este era un lugar inhóspito y frio, pero en aquel momento todo se volvió extremo, la temperatura cayó hasta los -20º, mientras el fuerte viento soplaba a sus anchas sin ningún respeto. Dentro de lo posible, buscamos un lugar abrigado para poder acampar forzados por la imposibilidad de poder continuar,

Montar un “campamento” en estas condiciones la verdad no es nada agradable, pero es lo único que creo que te puede salvar, de -20º a -13º dentro de la tienda, allá afuera el viento azota como si probara la resistencia de nuestras tiendas que se mueven como títeres sin hilos, aún así, cocinamos y comimos caliente a la vez que creíamos que solo sería pasajero, pero no!, la noche fue dura, fría y aún más inhóspita que el mismísimo lugar.

Al levantarme el siguiente día, el viento seguía allí, parecía no quererme ver en su mundo y me ofrecía en todo mi alrededor un manto de nieve de unos 15cm, uno de aquellos paisajes maravillosos, tan bellos de apreciar cuando estás en un lugar seguro.

GAMBADA

BUSCAR UN LUGAR SEGURO / FIND A SECURE PLACE.(pic, Candice and Erec )

Después de un obligado silencio, mi experiencia me decía que era mejor quedarnos allí un día más, y después de discutirlo con ellos, golpes pasajeros de esperanza nos hacían seguir pensando que todo sería pasajero, allá afuera, el frio, el viento y la nieve seguían demostrándonos que aun podían ser peores, era como si nos retaran a: a ver si eres capaz de salir a mear?

Pasadas ya casi 30 horas metidos en nuestras tiendas, las conversaciones se convertían poco a poco en leves “rumores” de voces, sonidos que iban y venían, por mi parte solo me quedaba abrazarme a las esperanzas, las mismas, que sinceramente dentro de mí creía que ya no existían, mientras poco a poco, las fichas de mi corta vida se desmoronaban las unas contra las otras, lo hacían como una línea de fichas de dómino, ya solo quedaba un silencio ensordecedor, y esa anticipación del sufrimiento que a menudo no es más que el miedo a lo desconocido.

Al despertar, otra gran decepción, más viento, más nieve… y viendo la poca comida y gas que teníamos decidí que teníamos que arriesgarnos en continuar. Salir de un saco de dormir a -10º hacía allá afuera, escuchando el aullido del viento con toda su furia y sin saber qué hacer, ya deja de ser lo más bello de ese lugar, aún así debíamos de salir.

Ese día, dejamos la mayor parte de nuestras fuerzas,( hablo por mi) empujando todo el día en la nieve para conseguir solo hacer 6 km, otro campamento más, y de golpe más ilusiones rotas, un coche aparecía y nos anunciaba que se habían cerrado las entradas a este lugar por el norte desde Bolivia y por el sur desde Chile, y que habían qué tenido que rescatar a todos los turistas en 4×4, mientras se alejaba dejándonos allí con nuestras temblorosas bocas abiertas, hijo de su m….e!

Solos de nuevo, y en aquel momento ya supe que tenía que dar todo de mí para poder salir de allí, la pareja de americanos ya no compartía sus miedos conmigo, solo montábamos una tienda para poder estar un poquito más calientes y cada día avanzábamos menos, que silencio, que soledad…

En aquellos momentos nuestra comida ya se reducía a solo medio kilo de pasta para los tres una vez al día, y el agua solo era la nieve que éramos capaces de consumir.

Con este maravilloso plan, acabé aceptando en silencio esta derrota, me venían imágenes de mi vida, de mis queridos, de los que ayudé… todo en formato súper rápido, reviví aquellos días que me perdí en Sudan, aunque ahora temblaba de frío, mientras, intentaba atrapar esperanzas, sueños… buscaba sentido a mi rota existencia y lo único que quería era nadar en un mar que hierve, sería una locura?

GAMBADA

UN MAR QUE HIERVE / A BOILING OCEAN.

Pensé en voz alta para no sentirme tan solo, mientras, las horas pasaban lentamente, muy lentamente, mañana, que pasará mañana? Era como si el hoy ya estuviera perdido, sabía que no nos quedaba mucho tiempo, mientras medio dormido intentaba no moverme mucho para no dejar entrar los cuchillos del frio, aún así, fui capaz de reír y llorar al mismo tiempo.

Otro día más, al levantarnos miro a Candice y Erec, no sé lo que piensan, pero veo el sufrimiento en sus caras, de la mía mejor no hablo, ya no hablamos casi, solo lo hacemos a veces para aceptar que casi no podemos más,”we´re screwed, estamos jodidos”sale de la boca de alguien…

En aquel momento el sol nos guiña un ojo durante varios minutos, el viento se calma mientras me resuena un refrán, “mientras no hay viento, no hay mal tiempo” al carajo con el refrán, estoy destrozado, triste y sin esperanzas, pero! Coño, otro pero, a lo lejos, aunque no lo bastante para que no nos vieran, aparece un 4×4, gritamos agitando los brazos como locos y como si quisiéramos agarrar el cielo, creo que incluso éramos capaces de lucir una tímida sonrisa, todo este circo, para ver esa imagen que crees que solo se ven en las películas, sin más, el jodido 4×4 desaparece, menudo garrotazo! El silencio se apodera de nosotros, y como tontos nos quedamos allí solos de nuevo, eso sí, un poquito más hundidos.

Las pocas fuerzas que nos quedan las utilizamos para estar unidos y sin esperarlo a lo lejos vi una gran piedra que alguien puso allí, dejo la bici y me acerco hasta ella, unas gastadas letras anuncian la dirección de la laguna Colorada, no muy lejos de allí, pero imposible para nosotros empujando, pero esta señal también anuncia hacia el otro lado, a no más de tres km, un supuesto refugio, un hotel que utilizan los que pagan mucho, para pasar una noche de transito.

Vuelvo hacía ellos y le pido a Erec que me acompañe, mientras, Candice se queda allí destrozada con su soledad, una hora y media más tarde esta historia llegaría a su fin, los que se refugiaban allí desde que este caprichoso temporal empezara, nos ayudaron, nos dieron comida, pero sobre todo nos dieron amor y un espacio para llorar. Volvimos atrás a buscar las bicis, y a lo lejos vimos que dos personas ya estaban ayudando a Candice y que empujaban nuestras bicis, más llantos, más abrazos, vaya culebrón de lágrimas congeladas!

Después de una excelente y caliente sopa, “la mejor del mundo creo “todo ese sufrimiento de cinco días, pareció desaparecer tan rápido como desaparece un conejo en la chistera del mejor mago, “que poca cosa que somos los humanos”

Esa misma noche consiguieron sacarnos de allí, para devolvernos de nuevo al punto de partida, cerca de la frontera de Chile, en Ollague concretamente.

El viaje de vuelta fue un “revival”, aún se podían ver nuestras huellas y nuestras protecciones de piedras en los campamentos, aunque la mayoría de veces creo que no queríamos verlo, ya muy tarde en la noche, llamamos a la puerta de la policía de la frontera Boliviana, dormimos en el suelo de la oficina, hacia frio, pero creo que ninguno de nosotros lo sintió, habíamos aprendido otra lección que dudo mucho que la olvidemos jamás.

Siempre he querido ayudar, pero en estos días he aprendido lo que realmente uno siente cuando lo ayudan de verdad… no tengo palabras.

Hace más de 20 años, me encontré en un bello pueblito del norte de Chile, hoy vuelvo a estar aquí, y en silencio agradezco a la vida que me haya dado esta oportunidad, te debo una!

P:S. Con esta, no quiero hacer creer que somos más que los otros, tengo muy claro el verdadero sufrimiento de todos aquellos que no tienen la suerte que yo tuve, solo he querido compartir mis miedos con vosotros.

Hoy luce un sol insoportable, San Pedro de Atacama ha perdido todo su encanto, pero para mí, es la seguridad que me faltaba.

Por suerte aún nadie ha podido robar esos maravillosos cielos de esta bella parte del mundo.

ESTA BELLA PARTE DEL MUNDO / THIS BEAUTIFUL PART OF THE WORLD

ESTA BELLA PARTE DEL MUNDO / THIS BEAUTIFUL PART OF THE WORLD

Esta vez no pudo ser.

NUNCA SE VA TAN LEJOS COMO CUANDO NO SE SABE A DONDE SE VA. Octavio Paz

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.

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