Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Angola /

Sr. PEPINO

SR PEPINO.

Pepino, pepino me gritan al pasar,me lo gritan tantas y tantas veces que al final decidí que cuando llegara a Benguela pasaría a visitarlo.

Llegue hasta allí entre agujeros. malas carreteras y bellos paisajes. restos de guerra mezclados con muchos restos de accidentes de trafico, yo diría que demasiados, aquí en este paradójico país a caban de aprobar un flamante y moderno código de circulación aunque debo decir, bueno pues que la realidad es básicamente, «señores maricón el último».

Benguela alberga una gran cantidad de bellos edificios de la época colonial, ofrece al viajante paz y la vez cobija esa eminencia angoleña el famoso Sr.Pepino. 82 años de edad y famoso por pedalear entre Benguela y Luanda, el señor Pepino es rico y debo decir que no le falta de nada, yo solo llegar a Benguela lo visite con toda la ilusión y respeto. Pero el se me saco de encima como aquel que se sacude la caspa.

Me fui de allí hacia Lobito, hoy uno de los puertos más eficaces de Angola, ya que el de Luanda está simplemente colapsado, allí goce de la invitación del cónsul honorario el señor Antonio, el me ofreció cobijo, comida y la posibilidad de utilizar Internet en su oficina, que más puedo pedir?, bueno pues yo nada. pero el me pregunto si echaba algo de menos?, así tan rápido, le dije que nada, y luego me preguntó y de comida?, y como el es gallego así de bote pronto le dije. Pulpo a la Gallega, el no dijo nada.

Por la noche, en la cocina unos enormes tentáculos salían del interior de una gran cacerola, como si quisieran escapar, pero no lo consiguieron y se convirtieron en un exquisito pulpo a la gallega, muchas gracias por todo Antonio.

Fui a su oficina para despedirme. fui cabalgando Halima y mi sorpresa fue. que el policía de la entrada me negaba la posibilidad de dejar Halima apoyada a la pared, su excusa fue. que el edificio era gubernamental y que el no tenia ordenes para aceptar un burro así, pero además de su víspera boca salía,que la bicicleta daba mal aspecto y además estaba sucia, miré al señor policía de arriba abajo y me quería morir de risa, el edificio está hecho una porquería, el ascensor no funciona desde que los portugueses lo pusieron allí, y el policía?. bueno pues el, llevaba una camisa llena de manchas de aceite, unos zapatos con tanto polvo que parecía que acaba de pasar una tormenta de arena, y uno de los botones abiertos de su bragueta me enseñaban el desagradable color de sus calzoncillos, digno de una película de terror, aún así mi bici daba mal aspecto.

La verdad es que a veces no entiendo el porqué de las cosas, la gripe A, el Sida, la corrupción pero además casi 4000 niños de menos de 5 años mueren todos los días en algún maravilloso lugar de este mundo, aún así mi bici daba mal aspecto.

Y así con toda la rabia me aleje de esta ciudad para acercarme poco a poco a la capital, el morro de Chingo una subida para olvidar se ocupaba de hacerme sentir poca cosa, y las gentes continuaban gritándome Pepino. Pepino, mirando hacia donde caían las gotas de sudor del esfuerzo aun me ponía mas de mala leche, pero mi cuerpo estaba débil y sentía que algo pasaba, lo digo porqué una diarrea enorme se ocupaba de hacérmelo pasar fatal. pero entre diarreas y ganas de llegar como siempre me pasaron muchas cosas y algunas las quiero compartir.

Cuando conseguí, relajarme un poquito en una de las pocas bajadas y lanzarme al vacío, en la mitad había un coche con sus ocupantes fuera levantando los brazos como en los avituallamientos del mismísimo Tour de Francia . Joder ¡ otro pesado pensé yo, pero esta vez estaba completamente equivocado era alguien que me había oído en la radio y reconocido en la carretera, y me había parado para aportar un poco de dinero para el proyecto y a la vez agradecerme por mi labor, aquel día ni la misma diarrea podía frenar mi alegría.

Y así sin perder el paso del vivir ya me acercaba a la capital,pero algo iba mal. y en una pequeña subida mis fuerzas me fallaban, el cielo caía hasta mis pies, todo se volvió gris y muy rápido aterricé por los suelos, detrás mío un coche tuvo la delicadeza de no atropellarme, (deporte nacional ), y hasta la amabilidad de recogerme y llevarme hasta la gran capital, 6 horas mas tarde en un hospital carísimo me diagnosticaban malaria… Joder Nando, ¿otra vez?.

Y así fue como el apreciado dinero del habituallamiento se esfumo para pagar el hospital y por culpa de un mosquito, pero gracias a la enorme ayuda de Pedro el canciller de la embajada Española pude tirar lo que quedaba de mi cuerpo destrozado en una cama de una de las casas de la villa de la cooperación española, un búnquer de grandes muros blancos entre el color gris,piscina, pistas de tenis. todo para olvidar el caos de esta ciudad infierno. diseñada para 500.000 personas y donde viven anárquicamente casi 5 millones.

Angola, el Sr Pepino, Luanda, accidentes. malaria.confusión, y la casa sin barrer.

En fin yo solo intento llenar de cielo (aunque sea gris ) mis heridos pulmones. y a la vez no quedarme inmóvil al borde del camino. Lejos. cerca, pedazo a pedazo un país que se vende.

Sabedor que cada día es una pequeña nueva vida y que no es nada conveniente malgastarla.

Maricón el último señor Pepino.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO

MI PROFESION ES CONSEGUIR SER LIBRE.

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