Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Sudáfrica /

MI CAMINO HACIA EL NORTE

MI CAMINO HACIA EL NORTE

Hace ya algunos días que salí de Ciudad del Cabo, y aún hoy no encuentro las palabras que puedan expresar todos los sentimientos vividos allí.

En esta ciudad he gozado de la posibilidad de volver a escalar, de la grandeza de poder repartir un poco de esperanza, cuando menos es esperada, y también de la maravillosa sensación de tener gentes que te quieren cerca de ti.

Pues así diré que para mi Ciudad del Cabo, no es ni será solo una ciudad con maravillosos paisajes, para mi siempre será una referencia hacia la pureza de algunas gentes, que han compartido sus vidas conmigo, algo fácil de escribir pero no tan fácil de expresar.

A la vez debo decir como emociona la sencillez de ver esas lindas caras esperando pacíficamente que unas manos les ofrezcan algo que comer, me refiero a los niños y niñas del proyecto James House, toda esta emoción concentrada al salir de la escuela, donde pude contribuir con mis manos a preparar y repartir comida para todos esos pequeños enfermos o abandonados, pero que aún así me enseñan como se puede jugar sin pensar en el futuro, y aún no teniendo nada, conservan la riqueza y la belleza de ser y jugar como niños.

Siempre podría hablar horas y más horas de ellos, pero hoy ya lejos sus recuerdos me provocan una inmensa soledad mientras escribo estas palabras como siempre mal escritas, pero que aún así escupen mi realidad.

Cape Town, ya queda lejos en la distancia, y aunque la dureza del viento parece que quiera obligarme a volver hacia atrás, lucho para que no sea solo un recuerdo, y intento gozar de lo nuevo, mientras la terrible calor se ocupa de poner a prueba mi fuerza de voluntad.

GAMBADA

Adiós a Ciudad del Cabo

Dos días después de partir aún podía ver a lo lejos la silueta de Table Mountain y una luz brillaba en lo más alto de la montaña, seguramente era el teleférico que hay en ella, pero para mi, en mi triste añoranza, era la luz que me traía a todos los que han compartido sus vidas conmigo, sin pedir nada a cambio, y a la vez ofreciéndome todo su amor.

Algo fácil de escribir, pero no tan fácil de expresar.

Debo de agradecer a todas esas gentes, que con pequeños y grandes gestos hacen que Gambada, pueda ser lo que es, gentes como mi primo Josep, que siempre esta ahí, a Kevin Gaynor por su pequeña ayuda y sus ganar de saber más, pero también lejos de todo esto, hoy no puedo acabar esta crónica hablando de viento, calor o que los camiones no me dejan en paz. Tampoco hablaré de desolados paisajes y maravillosos colores, debo hacerlo con unas palabras que George Evans, cabeza de famíla donde me hospedaba en Hout bay, sus palabras…

Gracias es como haber tenido un hermano en casa.

Nunca lo olvidaré. Palabras mal escritas, puede que fáciles de escribir, pero nada fáciles de expresar.

Hacia el atardecer, cuando los patos vuelan en busca de refugio para pasar la noche, y en mi soledad los maravillosos colores invitan a la reflexión, veo una luz brillar en lo mas alto de Table Mountain.+

Difícil de expresar.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.

ES COMO HABER TENIDO UN HERMANO EN CASA TODO ESTE TIEMPO.

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