Proyecto solidario contra la pobreza infantil

Sudáfrica /

LOS VENCIDOS SE RESISTEN

LOS VENCIDOS SE RESISTEN

Como ya dije en mi última crónica, cuando llegas a Knysna te encuentras con una pequeña ciudad, limpia, bellas casas, amables gentes y amigos, ciudad que junto a su bonita laguna mira al mar, yo gozo de todo ello a la vez que voy conociendo nuevas gentes, como Shila una artista de Sedgfield que lleva África en sus venas y que sabe plasmarlo maravillosamente a través de su pintura, después de hablar con ella me ofreció la posibilidad de vivir otra pequeña historia, para mi una gran historia.

Un jueves cualquiera, cuando las nieblas de la laguna levantan el día, el señor Willfred venía a recogerme para dirigirnos a Sedgefield, no lejos de Knysna, concretamente a los barrios de Snutsville, Sizamile y Fairview, allí donde las calles ya no son tan bonitas, donde la mayoría de casas son de lata y sus gentes luchan por sobrevivir.

Llegué allí para ayudar y esto me llevo hasta MASITHANDANE, una pequeña organización privada que hace una inmensa labor, para los huérfanos, los que sufren de sida o tuberculosis.

Nadie les pidió haber nacido allí, lejos de las limpias calles y cerca del viento que demasiado a menudo arranca los tejados de sus precarias casas, compartiendo el mismo cielo pero bien distintos objetivos.

Llegue allí para ayudar y gracias a la enorme colaboración de Mati de Madrid, y esta vez por mi propio deseo también, unos niños me esperaban, ellos necesitan ayuda y aunque vencidos, se resisten.

Me esperaban armados con unas bellísimas maracas hechas con cartón, y al ritmo caribeño/africano me mostraban su alegría por tenerme allí, sus sonrisas eran como una eternidad, esa que incluso aquí a veces es tan corta, como la palabra SIDA (34 millones de personas sufren de ella), pero aquí en MASITHANDANE, sopla un viento de esperanza y juntos somos como un huracán.

Y aunque a veces me toca perder, hago lo que siento y puede que no encuentre las palabras que arañen tu corazón, puede que a veces llegue demasiado tarde, pero cuando puedo ayudar en cada simple parpadeo de mis ojos veo sus caras de alegría y con eso me basta.

gambada

Mambooooo

Hoy al ritmo de unas bellas maracas hechas con cartón y bajo un cielo gris, todavía no encuentro las palabras que arañen tu corazón, pero con un pequeño gesto encontré otra gran historia.

Solo al lado de la playa, busco donde el sol seca las lágrimas de las nubes bajo este cielo gris y encuentro la libertad, recuerdo y entiendo que ningún sueño esta roto en los barrios de Snuttsville, Sizamile y Fairview, la luna, los amantes y la esperanza entra por sus ventanas.

Gracias a todos los niños por dejarme ayudar, al ritmo caribeño/africano.

Nadie les pidió por nacer allí, Sedgefield un pueblo con vistas al mar.

Los vencidos se resisten.

SALUD Y BUEN CAMINO, NANDO.

VIVE MAS SENCILLAMENTE PARA QUE OTROS PUEDAN SENCILLAMENTE VIVIR

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